Los terminales y las embarazadas primero
En 1938, el hospital Piedmont de Atlanta estaba equipado con un tobogán en espiral por el que lanzaba a los enfermos postrados en cama en caso de incendio. Había una entrada a él en cada planta, y los pacientes se deslizaban encima de un colchón. Seguramente el corazón de la mitad de ellos no aguantaría la emoción de volver a sentirse niños en un parque, y la otra mitad moriría al caerles encima los de los pisos superiores. Pero que coño, muchos pagan por tirarse en cosas así en parques de atracciones, y ellos sólo tenían que prender fuego a las cortinas para disfrutar de una última aventura.
Vía Modern Mechanix | Categoría Curiosidades
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Anónimo (23/11/06 18:29)
Como última aventura, esta de puta madre!!! :)
Anónimo (24/11/06 01:02)
Ya te digo, nada de morir en una cama sólo después de años de pedir la eutanasia... ni punto de comparación
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