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16 octubre 2007


Crucificando cadáveres

En 1801, James Legg se presentó en el despacho de un compañero de trabajo en el Chelsea Hospital con dos pistolas. Habían tenido una acalorada discusión y le retó a un duelo, pero cuando este se negó, Legg le disparó en el pecho. Dado que en aquellos tiempos no estaba bien visto asesinar compañeros de trabajo, el bueno de James fue ahorcado. ¿Y que tiene que ver esto con la crucifixión? Paciencia hermano, todo llega.

El cirujano Joseph Carpue había sido preguntado por tres artistas sobre un tema que les intrigaba: tenían la convicción de que la mayoría de las imágenes que representaban a Cristo en la cruz eran erróneas y querían una respuesta. ¿La solución? la más práctica: crucifiquemos a un muerto.

Ahora es cuando James cobra importancia, los cuatro hombres esperaron pacientes a que la justicia obrase para posteriormente crucificar el cadáver todavía caliente y ver qué pasaba. Para desgracia de lo poco que quedaba de James, llevaban razón y este cayó al suelo como solo 80 Kg. de carne muerta colgados de 3 clavos saben hacerlo.

Después de tan glorioso espectáculo, y cuando se hubo marchado toda la gente, procedieron a despellejar el cadáver y hacer un molde de escayola (el de la foto de arriba) que todavía está colgado en la Royal Academy.

Vía Ectoplasmosis | Categoría Arte

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