Escribiendo con el abuelo muerto
Hay que reconocer que la cremación de cadáveres es un avance respecto a la costumbre de enterrarlos en cajas. Ocupan menos y, por si fuera poco, sirven para decorar si pagas por una urna bonita. Lo malo es que la única utilidad que se le puede dar a un puñado de cenizas es la de un colocón ocasional o el enriquecimiento de la tierra de tus macetas.
Por eso, Nadine Jarvis va un paso más allá y propone la solución más útil y correcta en esta sociedad del reciclaje: usar las cenizas para fabricar lapiceros. De un cuerpo humano se pueden sacar 240, suficientes para que los niños no tengan que volver a comprar este tipo de material escolar y puedan presumir de que su abuelo les sigue ayudando con los deberes aún después de muerto. Además, llevan impreso el nombre y las fechas de nacimiento y muerte del difunto. Voy a cambiar mi último deseo, el día de mañana seré un lápiz.
Vía: Un generoso e-mail de Carlos el rojo | Categoría Arte
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Anónimo (21/4/07 19:45)
Y no solo eso!! sino antes de insinerarlos podriamos arrankarles la piel para usarla komo block de notas, eso si es reciclaje! ;)
Loli (25/7/09 20:53)
jajajajjajajaajja!!! se me han quitado las ganas de chupar los lápices xD
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